domingo, 17 de enero de 2016

La Loma de Taques más de medio siglo sin agua potable

El Municipio de Tulcán invirtió cerca de USD 300 000 para otorgar agua potable. 
Tulcán. Hace 80 años aproximadamente, en la loma de Taques se asentaron las primeras casas; por aquella época, por los años 30 (siglo XX), los residentes sacaban agua de unos pozos situados a 500 metros tras de la actual planta de tratamiento, en el camino que conduce hacia San José. Estas vertientes naturales permitían a los vecinos obtener líquido vital crudo para satisfacer sus necesidades.

Las primeras familias. Hernández, Castillo, Delgado, Almeida… propietarios de extensos terrenos construyeron sus viviendas a base de adobe, con techos de paja y teja e hicieron de la loma de taques uno de los barrios más conocidos de Tulcán.

Para lavar la ropa había que madrugar a las 02:00 para coger turno y utilizar el agua de la vertiente El Chita, existente hasta la actualidad y que está a 3 kilómetros de Taques. Esta actividad de acuerdo a Moisés Benavides, presidente del barrio, se la practicó hasta mediados de los 80.
Pero fue en la década de los 60 cuando se construyó el primer sistema de agua entubada conducido por caños de asbesto cemento de diámetros pequeños, características que condicionaban la potencia del líquido. “El elemento vital que recibíamos no tenía ningún tipo de tratamiento, era del río para el consumo”, explicó Antonio Hernández, morador del barrio.
“En 1985 después de varios años de espera, la administración municipal cumplió con el mejoramiento de este sistema de agua entubada”, recordó Benavides. Se cambió el diámetro de la tubería por conductos de cemento de mayor capacidad, con lo cual se abasteció la creciente población de la loma de Taques.

Progreso. Este beneficio significó un notable progreso para los vecinos, pues se terminaron las eternas jornadas hacia la vertiente El Chita, conocido como el lavadero. Por fin la mayoría de familias tenían agua en sus viviendas. Se abastecían de las vertientes que actualmente suministran a la planta de tratamiento. “Lo lamentable es que el aguita seguía llegando sucia, la mitad del vaso era tierra”, sentenció Benavides.
Desde entonces, las solicitudes hacia las autoridades de turno para mejorar las condiciones del recurso hídrico en Taques fueron interminables y sin resultados positivos. El líquido vital continuaba distribuyéndose sin tratamiento, con lodo, arena, bacterias… un líquido por demás turbio y dañino. Los problemas de salud no eran ajenos a las condiciones del agua. “A pesar de que la hervíamos por más de 5 minutos, teníamos dolores estomacales”, explicó Rosa Castillo, vecina del barrio.
Las dificultades se agudizaban aún más cuando llovía. El lodo y barro que circulaban por las tuberías hasta las viviendas taponaba la distribución y generaba desabastecimiento. El conflicto para las familias no terminaba allí, en temporada de invierno incluso, en las mangueras se encontraban truchas que incluso, salían por los grifos de los domicilios. Y cuando no salían, dañaban los medidores.

Fue a inicios de la Administración del Ing. Julio César Robles, cuando se generó el compromiso de cambiar esta realidad. Actualmente se ultiman detalles para inaugurar el moderno sistema de bombeo para la distribución de agua potable y la ampliación de la red de alcantarillado.
Esta obra pondrá fin al agua turbia, pues antes de ser distribuida, será purificada en la planta de tratamiento a través de un sistema de bombeo que abastecerá a las más de 250 familias que actualmente constituyen el populoso barrio Taques (sur). “Los servicios básicos son nuestra prioridad y trabajamos por el bienestar de todos los tulcaneños”, sentenció Robles.

En efecto, Su Municipio destinó USD 286.468,30 para instalar todas las tuberías y acometidas domiciliarias que suministren el recurso hídrico completamente limpio y de calidad hasta las viviendas. Así mismo, las nuevas redes de alcantarillado mejorarán el estilo de vida de los moradores del sector ya que los líquidos residuales serán evacuados por tuberías hasta las plantas de tratamiento de aguas servidas para su posterior proceso descontaminante.
Fueron varias décadas de espera y ofrecimientos vanos, esa etapa llega a su fin. En los próximos días, los vecinos del barrio Taques (desde el sector de la Uniandes hasta La Florida) tendrán agua potable con todas las garantías que exige la ley.

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